El stop motion es una técnica de animación que consiste en fotografiar objetos o figuras mientras se manipulan ligeramente entre cada toma, creando la ilusión de movimiento cuando las imágenes se reproducen en secuencia. Esta técnica tiene una larga historia que se remonta a los primeros días del cine.
Los inicios
El origen del stop motion se sitúa en los albores del cine. En 1898, Albert E. Smith y J. Stuart Blackton crearon una de las primeras películas con stop motion, llamada The Humpty Dumpty Circus, en la que utilizaban juguetes articulados para representar una actuación circense. Aunque este corto se ha perdido con el tiempo, su importancia radica en ser uno de los pioneros del uso de esta técnica.
Desarrollo en el siglo XX
Uno de los hitos más importantes fue en 1907 con la película The Haunted Hotel, creada por James Stuart Blackton, que impactó al público de la época con sus efectos visuales. El stop motion cobró más notoriedad en las décadas siguientes, siendo utilizado principalmente para efectos especiales en películas de fantasía y ciencia ficción.
En los años 30, el animador Willis O'Brien revolucionó la técnica con su trabajo en King Kong (1933), en la que usó figuras articuladas para animar al famoso gorila. O'Brien fue un precursor en combinar stop motion con actores reales, lo que elevó el potencial narrativo de la técnica.
La era dorada
A mediados del siglo XX, el maestro del stop motion Ray Harryhausen, discípulo de O'Brien, perfeccionó la técnica y la llevó a nuevas alturas con películas como Jason and the Argonauts (1963) y The 7th Voyage of Sinbad (1958). Sus innovaciones en el uso del "dynamation" (una forma avanzada de combinar actores reales con criaturas animadas) le aseguraron un lugar destacado en la historia del cine.
El renacimiento moderno
Con la llegada de los efectos digitales en los años 90, el stop motion pareció caer en desuso, pero algunos cineastas y estudios lo mantuvieron vivo, destacando películas como The Nightmare Before Christmas (1993) de Tim Burton y Henry Selick, que se convirtió en un clásico de culto.
Estudios como Laika han seguido innovando en el campo del stop motion con películas como Coraline (2009) y Kubo and the Two Strings (2016), combinando técnicas tradicionales con herramientas digitales para crear mundos visualmente impactantes.
El futuro del stop motion
Aunque el CGI ha dominado la industria de los efectos especiales y la animación, el stop motion sigue siendo valorado por su estética única y artesanal. La técnica, que requiere gran paciencia y precisión, continúa atrayendo a cineastas y animadores que buscan un enfoque más tangible y manual en la creación de imágenes en movimiento.